Pamela López y Andrés Kalawski se encontraron un día convertidos en programadores teatrales. Junto a la ansiedad de las urgencias diarias, comenzaron a cuestionar su rol, preguntándose qué implicancias tenía esta figura en el esquema creativo de las salas de teatro en Santiago de Chile.
Lo que comenzó como una investigación de procesos programáticos y la figura de programador/a, llevó a una reflexión ampliada en este libro disponible en inglés y español. El texto busca derrumbar el mito del programador como único agente en la selección de contenidos de un espacio teatral. Por primera vez, se abre la caja negra del programador para discutir su misión, su perfil y su supuesta libertad a la hora de programar.